DRESSLERVILLE, Nevada – En septiembre, el humo comenzó a cubrir el cielo del noroeste de Nevada, nublando las montañas, oscureciendo el sol y acabando con la esperanza que tenían los residentes de librarse de los incendios forestales y de la pésima calidad del aire que producen.
Las partículas irritantes para los pulmones llegaban desde los bosques en llamas de California y se instalaban en el condado de Douglas (Nevada), donde viven casi 50,000 personas, lo que hizo que se advirtiera que la calidad del aire había alcanzado niveles peligrosos.
Esos niveles significaban que el aire era muy insalubre, lo suficientemente malo como para hacer saltar las alarmas sobre la salud inmediata de las personas y la cuestión sobre si el empeoramiento de la contaminación podría provocar problemas de salud a largo plazo. Estos riesgos aumentarán a medida que el cambio climático haga más frecuentes los incendios forestales, las sequías, las tormentas de polvo y las inundaciones en Estados Unidos y en el mundo.
Algunos se sienten impotentes.
“No hay mucho que podamos hacer al respecto”, dijo Serrell Smokey, presidente de la tribu Washoe de Nevada y California. Las tierras de la tribu se encuentran en la frontera entre California y Nevada, cerca del lago Tahoe, y se extienden hasta el condado de Douglas, a unas 60 millas al sur de Reno.
Los miembros de la tribu y otros residentes de la zona se encuentran entre los millones de personas del país que este año experimentarán una mala calidad del aire debido a los incendios forestales. En septiembre, cuando el humo se asentó sobre Nevada, se emitieron alertas por la calidad del aire relacionadas con los incendios en otros seis estados: California, Idaho, Montana, Oregon, Washington y Wyoming.
Quienes viven en el condado de Douglas están en mejor situación que en otras zonas afectadas. Los residentes del condado de Douglas deben conducir una media de 30 minutos para acudir al neumólogo, el especialista del pulmón. Sin embargo, en otras partes del Oeste y del Alto Medio Oeste, los pacientes deben conducir una hora o más, según los datos analizados por GoodRx, un sitio web que rastrea los precios de los medicamentos recetados y realiza investigaciones.
En concreto, el análisis descubrió que unos 5,5 millones de estadounidenses viven en los 488 condados en los que el tiempo de conducción hasta los neumólogos es de una hora o más. Gran parte de Nevada y amplias zonas de Montana se encuentran a esa distancia de los especialistas; son lugares que han sufrido recientemente incendios forestales que llenan el aire de humo y ceniza, lo que puede provocar problemas pulmonares o agravar los ya existentes.
Las alergias, el asma y otros problemas similares suelen ser atendidos por los médicos de atención primaria, pero los pacientes son enviados a los neumólogos cuando los problemas se complican en forma de asma grave, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el enfisema.
Los datos de la Asociación de Colegios Médicos de Estados Unidos muestran que el número de especialistas en enfermedades pulmonares en el país se redujo casi un 11% entre 2014 y 2019. La asociación, que tiene su sede en Washington, D.C., y representa a la comunidad académica de la medicina, señaló que la disminución podría no ser tan alta como parece porque algunos médicos están optando por practicar la atención crítica pulmonar en lugar de solo la neumología. Muchos de esos neumólogos trabajan en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales.
Según el informe de GoodRx, en Estados Unidos ejercen unos 15,000 neumólogos. Sin embargo, vastas franjas del país tienen pocos o ninguno.
“Nuevo México tiene un neumólogo para toda la parte sureste del estado, sin contar Las Cruces, que está más cerca de El Paso”, dijo el doctor Victor Test, neumólogo de Texas Tech Physicians.
Test, uno de los 13 neumólogos de la región de Lubbock (Texas), explicó que sus pacientes de Texas a veces conducen cuatro horas para una cita y que otras personas viajan desde “Nuevo México, Oklahoma, incluso el lejano oeste de Kansas”.
Es probable que el aumento de los incendios forestales y su intensidad requiera de más neumólogos.
“El cambio climático va a afectar a las enfermedades pulmonares”, afirmó el doctor Nicholas Kenyon, profesor de medicina pulmonar, de cuidados críticos y del sueño en la Facultad de Medicina de la Universidad de California-Davis, donde él y otros investigadores están estudiando los efectos de los incendios forestales. En su consulta de Sacramento, Kenyon explica que atiende a pacientes de las zonas más septentrionales de California, incluida Eureka, a cinco horas en coche de la capital del estado.
Los efectos a corto plazo de respirar humo son bastante conocidos. Las personas acuden a las salas de urgencias con ataques de asma, exacerbación de la EPOC, bronquitis e incluso neumonía, indicó Kenyon. Algunos presentan dolor en el pecho y otros problemas cardíacos.
“Pero tenemos muy poco conocimiento de lo que ocurre a largo plazo”, añadió. “Si la gente se expone durante dos o tres semanas a los incendios forestales durante dos o tres años, ¿se produce un empeoramiento del asma o de la EPOC? No lo sabemos”.
Los incendios liberan múltiples contaminantes, como dióxido de carbono, monóxido de carbono y sustancias químicas como el benceno. Todos los incendios envían partículas al aire. Los investigadores de la salud y los expertos en calidad del aire están más preocupados por las denominadas partículas 2,5. Mucho más pequeñas que un cabello humano, estas partículas pueden alojarse en lo más profundo de los pulmones y se han relacionado con afecciones cardíacas y pulmonares.
El aumento de esas diminutas partículas se asocia a un mayor riesgo de muerte por cualquier causa, excluyendo accidentes, homicidios y otras causas no accidentales, hasta cuatro días después de la exposición de la población, según una reseña del New England Journal of Medicine de 2020.
La concentración de partículas finas es uno de los cinco indicadores utilizados para calcular el Índice de Calidad del Aire (ICA), un índice numérico y codificado por colores que se utiliza para informar al público sobre los niveles locales de contaminación del aire. El color verde denota una buena calidad del aire y se da si el índice total es de 50 o menos. Cuando la medición supera 100, la calidad del aire recibe una etiqueta naranja y puede ser mala para determinados grupos. Los niveles superiores a 200 obtienen una etiqueta roja y se consideran insalubres para todos.
Los organismos gubernamentales hacen un seguimiento de esos niveles, al igual que las personas que utilizan aplicaciones o sitios web para determinar si es seguro salir a la calle.
Cuando el ICA se eleva por encima de 150, la doctora Farah Madhani-Lovely, neumóloga, dijo que el Renown Regional Medical Center de Reno cierra su clínica de rehabilitación pulmonar para pacientes externos porque no quiere que los pacientes conduzcan hasta el hospital. Algunos pacientes del condado de Douglas optan por la atención cerca de casa, a una hora de distancia. “No queremos que estos pacientes salgan al exterior porque solo un minuto de exposición al humo puede desencadenar una exacerbación de su enfermedad crónica”, señaló Madhani-Lovely.
Smokey explicó que acudir a un neumólogo puede ser difícil para los miembros de la tribu Washoe, en particular para los que viven en el lado de California de la reserva. “No podemos encontrar especialistas para ellos”, dijo. “Acabamos derivándoles fuera y enviándoles a cientos de millas de distancia para recibir una atención que deberíamos poder proporcionar aquí”.
La contratación de especialistas en zonas rurales o ciudades pequeñas ha sido difícil durante mucho tiempo. Por un lado, un especialista puede ser el único en millas a la redonda, “por lo que tienen una tremenda carga en términos de cobertura y días libres”, indicó Test.
Otra preocupación es que los médicos tienden a formarse en ciudades más grandes y a menudo quieren ejercer en lugares similares. Incluso la contratación de médicos del pulmón en Lubbock, una ciudad de 260,000 habitantes en el oeste de Texas, es un reto, añadió Test.
“Me encanta Lubbock”, aseguró. “Pero le digo a quienes nunca han estado aquí: ‘Es realmente llana’. No entienden lo que es llano hasta que llegan aquí”.
En Nevada, en los días en que la calidad del aire es mala, los miembros de la tribu Washoe tratan de protegerse con purificadores de aire improvisados creados con ventiladores, cinta adhesiva y filtros de aire, explicó Smokey.
A largo plazo, Smokey y otros líderes tribales están presionando al Servicio de Salud Indio para que establezca un hospital de atención especializada en el norte de Nevada. El hospital de atención especializada más cercano para los miembros de la tribu Washoe está a más de 700 millas de distancia, en Phoenix.
Es difícil porque “hay una necesidad que deberíamos atender”, añadió Smokey. “Pero tenemos que luchar por ello. Y a veces esa lucha lleva años, años y años para conseguirlo”.