El médico le ordenó a su paciente que se parara frente a él. Le separó las piernas e insertó sus dedos en la vagina, a través de la ropa, moviendo su mano repetidamente hacia el área rectal. Luego le apretó los senos, de acuerdo con una acusación formal presentada por la Junta Médica de California.
Según los documentos, la paciente, quien fue a la cita acompañada por su nieta de 4 años, le preguntó al doctor por qué ese examen era necesario para diagnosticar una infección del tracto urinario. El médico le contestó que lo dejara hacer su trabajo.
En otros tres casos, la junta alegó que el médico de familia Ramon Fakhoury, del Inland Empire de California, tocó los genitales de pacientes sin ninguna razón médica. En 2016, la junta lo puso a prueba por 35 meses, tenía que tener una persona a su lado cuando atendía a mujeres.
Según su abogado, Fakhoury no admitió las acusaciones, y se retiraron los cargos criminales en su contra. Si logra completar la libertad condicional el próximo año, podrá practicar sin restricciones.
Con la misión de proteger al paciente y rehabilitar al médico, no castigarlo, la Junta Médica de California y las de otros estados toman decisiones conforme a leyes y normas que pueden parecer discordantes con la era de #MeToo.
A menudo, se cita a California como uno de los estados más rigurosos en la supervisión de médicos. Pero, según la junta médica, en primer lugar, se reportan muy pocas quejas de conducta sexual inapropiada, históricamente por debajo de 200 por año. Y menos terminan en una acusación formal contra el médico. Y cuando se determina que la acción disciplinaria está justificada, por lo general en menos de 20 casos anuales, la junta tiende a ser indulgente y, a veces, otorga solo algunos años de libertad condicional incluso en casos de faltas de conducta graves, según un análisis de California Healthline de los registros de la junta médica.
En los últimos 10 años, más de un tercio de los médicos sancionados por la junta de California por casos de presunta conducta sexual inapropiada recibió libertad condicional, algunos más de una vez. Los términos de la libertad condicional a menudo requirieron de acompañantes temporales, así como psicoterapia y cursos sobre “límites profesionales” y ética. (A través de la libertad condicional, la junta médica solo puede imponer condiciones o restricciones a la licencia de un médico en procedimientos civiles; no toma acciones penales).
“Les encanta dar segundas oportunidades a los médicos”, dijo Marian Hollingsworth de San Diego, una crítica frecuente de la Junta Médica de California. “Te preguntas en dónde están sus prioridades… Se supone que su primera lealtad es con la seguridad del paciente y eso no siempre sucede”.
Los recientes e impactantes informes sobre años de abuso por parte del médico de deportistas Larry Nassar y el ginecólogo George Tyndall de la Universidad del Sur de California, así como las exposiciones nacionales sobre mala conducta de los médicos por parte de Atlanta Journal-Constitution y Associated Press, solo han aumentado la preocupación sobre si se toma en serio el abuso en las prácticas médicas.
Decenas de niñas y mujeres acusaron a Nassar de abuso bajo pretexto de un tratamiento médico, y ahora cumple una sentencia de por vida. Los fiscales están considerando cargos criminales contra Tyndall en más de 50 casos, y la junta médica estatal ha suspendido su licencia mientras busca la revocación. Él ha negado las acusaciones.
Hace pocos días, 17 mujeres demandaron a la Universidad de Columbia y a sus hospitales afiliados, alegando que estas instituciones encubrieron décadas de abuso sexual por parte de uno de sus obstetras y ginecólogos.
Las investigaciones han demostrado que muchos médicos que explotan sexualmente a los pacientes, como otros abusadores, no se detienen con una víctima. Ellos “perpetran tal comportamiento durante años antes de ser detenidos”, dijeron los autores de un estudio.
Con estos antecedentes, el gobernador de California Jerry Brown firmó en septiembre una legislación histórica de protección del paciente, que exige que los médicos que están en libertad condicional por una conducta sexual inapropiada u otra falta grave notifiquen a sus pacientes sobre su estatus legal y los términos bajo los que deben ejercer. Esta norma entrará en vigencia el próximo julio. El proyecto de ley había fracasado dos veces antes.
“Es hora”, dijo el autor principal del proyecto de ley, el senador Jerry Hill (demócrata de San Mateo). “El movimiento #MeToo realmente ha dejado muy claro que hay personas incluso en las profesiones más respetadas que abusan de su autoridad”.
Aun cuando las quejas de abuso sexual presentadas ante la junta médica aumentaron significativamente en el último año, coincidiendo con la expansión de #MeToo, los funcionarios de la junta dicen que no planean cambios importantes en la forma en que se impone disciplina en los casos de conducta sexual inapropiada.
El movimiento #MeToo “no nos ha cambiado”, dijo la directora ejecutiva de la junta, Kimberly Kirchmeyer. Tomar medidas enérgicas contra la conducta sexual inapropiada siempre ha sido “una de las principales prioridades de la junta”, agregó.
Hurgando en los registros
California Healthline examinó los 135 casos de presunto abuso sexual investigados por la junta que resultaron en sanciones, desde julio de 2008 hasta junio de 2018. (El análisis no incluyó las acciones disciplinarias basadas en procedimientos en otros estados).
Más de un tercio de las sanciones fueron por mala conducta sexual con más de una víctima, y la gran mayoría de los presuntos autores fueron hombres acusados de abusar de mujeres.
Las licencias de los médicos se revocaron en 39 casos y se entregaron voluntariamente en 38. Varios médicos recibieron reprimendas públicas, una sanción menor.
La mayor parte de las sanciones, 49 casos, o más de un tercio, fueron la libertad condicional.
De acuerdo con las pautas disciplinarias de la junta, el período de prueba mínimo es de siete años para un médico que se haya involucrado en una conducta sexual inapropiada, ya sea una relación sexual con un paciente, contacto sexual durante los exámenes o conversaciones sexuales inapropiadas.
Pero esos “mínimos” no se aplicaron en más de la mitad de los casos de libertad condicional, según el análisis de California Healthline. Las pautas permiten excepciones basadas en “circunstancias atenuantes”, el tiempo que llevan los casos, la calidad de la evidencia y otros factores.
Kirchmeyer observó que la junta trata cada caso como único y otorga un gran valor al remordimiento de un médico y al reconocimiento de los delitos.
California Healthline descubrió que, en ocho casos, un médico sancionado por conducta sexual inapropiada había sido previamente sancionado por una conducta similar.
El doctor Patrick Mark Sutton, ginecólogo-obstetra de Pasadena, recibió la libertad condicional dos veces, la primera por cuatro años, después que los investigadores denunciaron una conducta sexual inapropiada en 2002. En 2011, fue puesto nuevamente bajo libertad condicional, esta vez durante tres años, por las acusaciones de que había tocado inapropiadamente el muslo de una paciente y se involucró en una conversación sexual inapropiada.
Sutton negó todas las acusaciones de conducta sexual inapropiada en 2002 y 2011, admitiendo solo violaciones de registros médicos en ambos casos.
En septiembre de este año, después de haber completado los cursos obligatorios de ética y “límites”, la junta médica presentó una nueva acusación contra Sutton, diciendo que había llamado “peluda” a una paciente, quien estaba desnuda de la cintura para abajo exponiendo sus genitales para un examen, y que le había preguntado : “¿Disfrutas de los orgasmos? Eres una mujer muy hermosa”. Ese caso está pendiente.
Gary Wittenberg, abogado de Sutton, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico que “las acusaciones pendientes no son ciertas y lo demostraremos en el tribunal”.
En varios casos, la junta otorgó un período de prueba sabiendo que el médico había sido condenado por delitos menores derivados de investigaciones de abuso sexual.
Fakhoury, el médico de Inland Empire, había enfrentado cargos por delitos graves de abuso sexual, pero no fue condenado debido a un jurado indeciso, según los registros de la Corte Superior del condado de San Bernardino.
Su abogada, Courtney Pilchman, le dijo a California Healthline que los cargos criminales fueron desestimados posteriormente, y que el médico no admitió la acusación de la junta médica.
En contraste, la junta médica de Ohio, al enterarse de la sanción de California, revocó su licencia estatal en 2012.
El número de medidas disciplinarias tomadas durante la década es sorprendentemente pequeño dado el tamaño de la población de médicos practicantes de California, que suman más de 100,000. Según las investigaciones, las presuntas víctimas de abuso sexual por parte de médicos tienen una probabilidad significativamente menor de presentarse que las víctimas de abuso sexual en general.
Sin embargo, los números proporcionados por la junta médica sugieren que muchas de las quejas presentadas, ya sea por las propias víctimas u otras fuentes, no derivan en acusaciones formales contra los médicos. Desde octubre de 2013 hasta junio de 2018, la junta marcó 838 quejas como posibles conductas sexuales inapropiadas. Durante ese mismo período se presentaron 74 acusaciones. (Se pueden presentar múltiples quejas sobre un mismo médico).
Expertos y abogados familiarizados con la junta ofrecieron varias explicaciones: algunas quejas pueden ser falsas. La mala conducta sexual de un médico puede ser difícil de demostrar con “pruebas claras y convincentes”, como se requiere en los casos de la junta médica. Los médicos acusados generalmente contratan abogados con experiencia que luchan agresivamente, lo que lleva a retrasos y ofertas. Las víctimas pueden negarse a declarar o ser malos testigos.
Algunas víctimas, por ejemplo, tienen trastornos psiquiátricos o creen que estaban en una relación “consensuada”, según documentos de la junta médica.
El personal de la junta ha trabajado duro para tratar a las presuntas víctimas con sensibilidad, dijo Kirchmeyer. Los revisores expertos reciben instrucciones de leer las quejas como si la persona estuviera diciendo la verdad, dijo, y la junta planea sesiones de capacitación de una semana para ayudar a los investigadores a trabajar mejor con las presuntas víctimas y a prepararlas para su declaración.
Los casos a menudo se prolongan. El proceso puede llevar años para que las víctimas se presenten, y más tiempo para que avancen a través de la compleja burocracia del estado. La evidencia puede envejecer.
“Los médicos deben tener el proceso adecuado”, dijo Kirchmeyer. “Cualquier persona puede presentar una queja sobre cualquiera en cualquier momento”.
“Una bofetada”
Frente a lo que ven como una batalla cuesta arriba, los abogados del Departamento de Justicia del estado, que manejan las audiencias administrativas, a veces recomiendan preventivamente la libertad condicional, incluso en acusaciones de conducta sexual grave, para evitar la posibilidad de que un médico no reciba ninguna sanción por parte de un juez, dijo Laura Sweet, ex directora adjunta que se retiró en 2015.
Sweet, quien trabajó para la junta médica por 23 años, dijo que el proceso legal se centra en los médicos y no siempre le da suficiente peso al dolor de las presuntas víctimas. “Estás enviando un mensaje que potencialmente minimiza lo que la víctima tuvo que tolerar”.
Así lo ve Tracy Lystra. En 2013, Lystra demandó a su ginecólogo, Anthony S. Bianchi, de Fallbrook, California, alegando que la acosó con comentarios sobre su cuerpo y sobre cómo lo excitó, susurrándole al oído mientras estaba en una camilla antes de una cirugía que parecía una “bibliotecaria sexy”. Lystra dijo que el caso, que también es de presunta negligencia médica, se resolvió en $150,000 en 2016. Bianchi, quien no pudo ser contactado para hacer comentarios, negó las acusaciones en documentos de la corte.
A través de su abogado, Lystra presentó una queja a la junta médica poco después de llegar a un acuerdo con Bianchi. En julio pasado, recibió una carta de la junta que decía que no podría “establecer razones para una acción disciplinaria” contra Bianchi en su caso, “considerando todas las pruebas y los factores atenuantes”.
Finalmente, se enteró que la junta había recibido quejas de otras mujeres.
En 2014, Bianchi fue puesto en libertad condicional por cinco años después que la junta lo acusara de hacer comentarios sexuales inapropiados a dos pacientes, diciéndole a una que soñaba con tener sexo oral con ella y que no podía dejar de mirar sus senos. Después de enterarse de estos casos, otra mujer se presentó, alegando que Bianchi, varios años antes, había bloqueado la puerta de su oficina con una silla, le había insertado los dedos en la vagina, había expuesto su pene y le había solicitado sexo.
La sanción de la junta fue otro período de prueba de cinco años. Pero los dos términos de libertad condicional se superponen, y Bianchi, quien accedió a no impugnar las acusaciones como parte de los acuerdos en cada caso, podría volver a trabajar como obstetra-ginecólogo, sin restricciones, en 2021. Mientras tanto, no se le permite tratar a pacientes de sexo femenino.
Enterarse que Bianchi recibió un castigo tan leve, y que la junta no tomaría medidas por su propia queja, fue demoledor, dijo Lystra, quien agregó que había sido muy difícil lograr que alguien, incluida su propia familia, le creyera.
“Realmente quería que lo detuvieran. Fue muy decepcionante cuando la junta médica respondió como lo hizo”, dijo Lystra.” Fue como una bofetada”.
La cobertura de KHN de estos temas es apoyada por California Health Care Foundation and The David and Lucile Packard Foundation.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio de la California Health Care Foundation.