En 2004, los hospitales infantiles de California les pidieron a los votantes que aprobaran una medida de bonos de $750 millones para ayudar a financiar construcciones y nuevos equipos médicos. En 2008, pidieron $980 millones más. Ahora esperan que los votantes se pongan de acuerdo el 6 de noviembre para desembolsar $1,500 millones adicionales.
Los 13 hospitales del estado tratan a los niños más enfermos de California, incluyendo a aquellos con leucemia, anemia drepanocítica, cánceres raros y fibrosis quística, por lo que aprobar sus solicitudes de recaudación de fondos es un “sí” fácil para muchos votantes.
Sin embargo, a pesar de la naturaleza positiva de estos pedidos, algunos expertos en salud y analistas electorales cuestionan que los hospitales le pidan dinero tantas veces a los contribuyentes, y les advierten a los votantes que revisen la propuesta de este año con ojo crítico.
“Que grupos privados patrocinen medidas electorales cuyo objetivo es beneficiarlos de manera exclusiva, creo que es un uso indebido del proceso de iniciativas”, expresó Elizabeth Ralston, ex presidenta de la League of Women Voters de Los Ángeles, y encargada de analizar las medidas financieras estatales para la organización. La Liga recomienda que se vote “no” a la medida.
Críticos afirman que pedir repetidamente a los contribuyentes que paguen por la construcción de instalaciones de última generación no es una práctica habitual, y agregan que plantea interrogantes sobre la responsabilidad financiera, y sobre si los hospitales realmente necesitan algunos de los proyectos que desean.
Este patrón “podría dejar a los hospitales de niños con pocos incentivos para controlar sus costos”, dijo Ge Bai, profesor en la Carey Business School de la Universidad Johns Hopkins, quien agregó que cada hospital debería arreglárselas por su cuenta.
La iniciativa, Proposición 4, necesita una mayoría de votos para ser aprobada. Las medidas de bonos para hospitales infantiles de 2004 y 2008 fueron aprobadas con el 58,3% y el 55,3% de los votos, respectivamente.
La California Children’s Hospital Association (CCHA) anunció que sus miembros no pueden pagar por la construcción y la tecnología que necesitan sin la ayuda de los contribuyentes del estado, quienes se verían obligados a pagar $1.5 mil millones más intereses. La Legislative Analyst’s Office del estado calcula que esto ascendería a $2,900 millones, es decir, unos $80 millones al año durante los próximos 35 años.
Las donaciones privadas no siempre son la respuesta porque los donantes frecuentemente especifican cómo se debe usar su dinero, explicó Ann-Louise Kuhns, CEO de la CCHA. Las lujosas salas de juego y los jardines de algunos de estos hospitales, por ejemplo, están completamente financiados por donaciones privadas, añadió.
“Recaudamos fondos, pedimos a los donantes que hagan contribuciones y emitimos nuestra propia deuda”, dijo Kuhns. “Pero es difícil cerrar esa brecha para todo lo que se necesita… sin un poco de ayuda”.
La CCHA, que patrocinó la iniciativa, comunicó que la medida de bonos ayudaría a pagar la construcción, remodelación, equipamiento y el refuerzo antisísmico en los ocho hospitales infantiles privados sin fines de lucro del estado, así como en los cinco que forman parte del sistema médico de la Universidad de California (UC).
La California Health Facilities Financing Authority tendría que aprobar el uso del dinero de los bonos por parte de los hospitales. La agencia evalúa si los proyectos ampliarían el acceso y mejorarían la atención al paciente, pero no determina si un proyecto es necesario o prudente.
Eso depende de los hospitales.
La campaña en apoyo de la medida de bonos, que es financiada por los propios hospitales sin fines de lucro, ha recaudado casi $11 millones este año, según la oficina del secretario de Estado de California.
En sus últimos informes financieros auditados por el estado, seis de los ocho hospitales privados sin fines de lucro reportaron ganancias anuales que oscilan entre los $18 millones y los casi $176 millones. La emisión de bonos proporcionaría a cada uno $135 millones, independientemente de sus ganancias o pérdidas.
Casi tres cuartas partes de los ingresos de los bonos se destinarían a las organizaciones sin fines de lucro porque son las que tienen más camas, pero los hospitales sin fines de lucro ya reciben ciertos beneficios, explicó Bai. Por ejemplo, están exentos del pago de impuestos sobre la propiedad, así como de impuestos sobre la renta estatales y federales.
El 18% se destinaría a los hospitales del sistema de la UC. Y la propuesta ofrecería 10% en subvenciones competitivas para aproximadamente 150 hospitales que no están clasificados como hospitales pediátricos, pero que sin embargo tratan a niños.
Los hospitales argumentan que necesitan expandirse porque se enfrentan a una mayor demanda de servicios, ya que los hospitales generales y comunitarios les transfieren cada vez más a sus pacientes para recibir atención pediátrica especializada
Los hospitales de niños también dependen en gran medida de Medi-Cal, el programa estatal de seguros para personas de bajos ingresos, indicó Kuhns. Medi-Cal paga menos a los hospitales que el seguro privado.
Nancy Kane, profesora del departamento de políticas y gestión de salud de la T.H. Chan School of Public Health en Harvard, señaló que en todo el país “muchos hospitales infantiles tienen la misma mezcla de pagadores, pero logran hacerlo de todos modos sin que el gobierno pague por su capital”.
Kuhns dijo que los hospitales de California también se enfrentan a plazos para cumplir con los requerimientos de seguridad sísmica. Para 2020 deben estar preparados para resistir un gran terremoto, y para 2030 deben considerarse lo suficientemente seguros como para seguir operando después de un terremoto.
Alrededor de un 28% de las camas de los ocho hospitales infantiles sin fines de lucro no cumplen con los estándares sísmicos de 2030, por lo que se deben hacer inversiones significativas, añadió.
Tim Curley, de Valley Children’s Healthcare, en Madera, dijo que las medidas de bonos anteriores ayudaron a pagar una expansión de 60,000 pies cuadrados de quirófanos. Y aseguró que, si se aprueba la medida de bonos de este año, el hospital consideraría renovar sus laboratorios y la farmacia.
A finales del año pasado, contaba con poco menos de $28 millones en fondos restantes del bono de 2008, según un informe de la autoridad de financiamiento.
El Loma Linda University Children’s Hospital todavía está usando su parte del bono de 2008 para ayudar con la construcción de una torre de nueve pisos que albergará la mayoría de los departamentos y laboratorios.
La nueva torre, que se espera esté terminada para 2021, ayudará al hospital infantil a funcionar independientemente del resto del centro médico, que atiende a adultos, y a satisfacer la creciente demanda de espacio, dijo el administrador Scott Perryman.
Pero Ralston, de la League of Women Voters, dijo que los californianos deberían considerar si el dinero podría utilizarse mejor en otros lugares.
“Se está comprometiendo dinero del estado”, dijo, “y eso significa que se trata de dinero que no se gasta en otra cosa”, como viviendas asequibles o en renovación de carreteras viejas.
Sin embargo, si los votantes aprueban esta tercera medida de bonos, Bai se pregunta si cesarán y cuándo cesarán las solicitudes de dinero a los contribuyentes. “Siempre hay cosas nuevas que comprar”, dijo.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, que publica California Healthline, un servicio de la California Health Care Foundation.