El informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) conocido el miércoles 24 de mayo indicó que, bajo el proyecto de salud republicano aprobado por la Cámara Baja a principios de mes, millones de personas tendrían que pagar mucho más por su atención médica, o incluso no podrían siquiera solventarla.
En algunos estados, dijo el informe, “las personas menos saludables se enfrentarían a primas muy altas, a pesar de la financiación adicional que estaría disponible” bajo el proyecto de ley para ayudar a compensar esos aumentos.
El informe incorporó los cambios al proyecto hechos justo antes de aprobarse el 4 de mayo. Esos cambios incluyeron una enmienda ofrecida por el representante Tom MacArthur (republicano de New Jersey) que permitiría a los estados renunciar a algunas disposiciones claves de la ley de salud, incluyendo los requisitos para cubrir los “beneficios esenciales de salud” y para ofrecer seguro a las personas con condiciones preexistentes sin costo adicional.
La CBO dijo que la nueva versión del proyecto de ley resultaría en un ahorro de $119 mil millones en 10 años y que habría 23 millones de personas más sin seguro, comparado con las estimaciones bajo la ley actual.
Según la estimación, las primas serían ligeramente más bajas que las de la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), en especial porque “el seguro, en promedio, pagaría una proporción menor de los costos de atención médica”.
Antes de los cambios, la CBO había estimado que el proyecto de ley daría lugar a ahorros de $150 mil millones en la próxima década y aumentaría el número de estadounidenses sin seguro médico en 24 millones. Esa cifra en dólares fue un cambio considerable respecto a la versión original del proyecto de ley que la CBO dijo que habría ahorrado $337 mil millones, pero los legisladores decidieron gastar parte de esos ahorros en ayuda para aquellos que podrían no poder afrontar el costo de un seguro de salud.
Las dos primeras versiones del proyecto de ley no pudieron reunir suficiente apoyo para que los representantes de la Cámara Baja los sometieran a votación. Más tarde, MacArthur y los líderes del Freedom Caucus negociaron los cambios que, dijeron, deberían ayudar a bajar los costos de las primas (lo que se paga por mes por tener cobertura de salud) para los consumidores. Ese es el proyecto aprobado y que ahora evaluó la CBO.
La CBO también estimó que en los estados que decidan tomar la opción de renunciar a los requisitos relacionados con pagar por las personas más enfermas, “el mercado de los asegurados individuales sería inestable”. En particular, dijo el informe, “las personas menos saludables (con condiciones médicas preexistentes o enfermedades recién diagnosticadas) no podrían, en última instancia, comprar un seguro de salud integral con primas comparables a las de la legislación vigente”.
Y en los estados que optaran por renunciar a los requisitos para los beneficios esenciales, incluso las personas con seguro “experimentarían aumentos sustanciales en lo que gastarían en la atención de la salud”, porque sus planes ya no podrían cubrir tratamientos costosos como cuidados de maternidad, salud mental o abuso de sustancias.
A pesar de las repetidas declaraciones del presidente Donald Trump y de los republicanos del Congreso de que ACA se está derrumbando, la CBO dijo específicamente que el mercado continuaría “siendo estable en la mayoría de las áreas” bajo la ley actual. Predijo lo mismo para la versión original del proyecto de ley de la Cámara Baja.
De hecho, la CBO dijo específicamente que el único lugar en el que el mercado de seguros individual puede llegar a ser inestable es en los estados que decidan renunciar a los requisitos de cobertura de ACA. No predijo qué estados podrían hacer eso, pero el informe dice que una sexta parte de la población podría verse afectada por esa inestabilidad.
“Lo que está claro es que estas exenciones hacen la vida mucho, mucho peor para las personas con condiciones preexistentes, para las personas mayores, para las personas más enfermas”, dijo Aviva Aron-Dine, experta senior del Center on Budget and Policy Priorities y ex miembro del equipo de salud de la administración de Barack Obama
Los ahorros en el proyecto de ley surgen principalmente de limitar la financiación federal a los estados para el Medicaid, el programa que ofrece atención de salud a los más pobres, y de reducir los créditos fiscales que ayudan a algunas personas con ingresos bajos y modestos a pagar por un seguro privado. Un estimado de 14 millones de los 23 millones que ya no tendrían seguro lo habrían podido obtener a través del Medicaid.
El proyecto de ley también derogaría casi todos los impuestos que dispuso ACA para pagar los nuevos beneficios, incluyendo los impuestos a los individuos ricos y a gran parte de la industria de la salud.
La reacción a la nueva estimación fue predecible.
“La CBO continúa encontrando que, a través de nuestro proyecto enfocado en el paciente, las primas bajarán y que nuestras reformas ayudarán a estabilizar el mercado”, dijo en un comunicado el presidente del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, Greg Walden (republicano de Oregon) y el presidente del subcomité de salud, Michael Burgess (republicano de Texas).
Por el contrario, el representante Steny Hoyer (demócrata de Maryland) dijo que la nueva estimación muestra que “el Trumpcare expulsará a millones de estadounidenses de su cobertura de seguros y obligará a los consumidores a pagar más por menos”.
Pero la reacción no fue completamente partidaria. El senador Bill Cassidy (republicano de Louisiana), un votante clave en el Senado, dijo que “el enfoque del Congreso debe ser primas bajas con cobertura que supere la prueba Jimmy Kimmel”, refiriéndose al emocional monólogo que el conductor de TV hizo sobre los problemas de salud de su hijo recién nacido. El proyecto de ley aprobado por la Cámara, dijo, “no pasa la prueba. Estoy trabajando en eso con los colegas del Senado”.