East St. Louis, Illinois.- Cuando era niño, Mykael Ash disfrutaba recogiendo conchas marinas cerca de la costa del golfo de Mississippi, en donde vive su abuelo. Los viajes a la playa eran una parte habitual de su vida.
“Es energía pacífica”, dijo Ash. “Especialmente cuando apoyas esa concha marina sobre la oreja”.
A los 32 años, todavía colecciona conchas. Pero el terreno es diferente en esta ciudad de 18,000 habitantes. Ash camina sobre concreto en lugar de arena, y en vez de conchas recoge cartuchos dejados por las balas y cintas amarillas de seguridad mientras camina para hacer ejercicio.
“De repente, un día me di cuenta”, dijo: podría usar estos cartuchos en sus obras de arte.
La violencia con armas de fuego ha sido un problema persistente en East St. Louis, que, para frustración de muchos residentes, tenía una de las tasas de homicidios más altas de cualquier ciudad de Estados Unidos antes de la pandemia.
Si bien las tasas han mejorado un poco, todavía es una plaga en East St. Louis, y un problema creciente en las comunidades de todo el país. Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), a nivel nacional, más de 47,000 personas murieron por heridas de bala en 2021: la cifra más alta desde principios de la década de 1990.
En el estudio de Ash, municiones usadas se mezclan con llantas trituradas, vidrios rotos y pintura para transformar la basura de la violencia en arte que cuenta historias sobre la raza, la resistencia y la historia. El trabajo es personal, dijo Ash.
Cada año desde sus 17, Ash ha perdido al menos a un amigo o familiar a causa de la violencia con armas de fuego. Eso incluye a su primo Dashaun “Bookie” Gage, de 28 años, quien murió en 2018 en un tiroteo frente a una gasolinera al otro lado del río Mississippi, en St. Louis. Ash y Gage eran cercanos. Perder a Gage dejó a Ash tan traumatizado que dejó de ir a esa gasolinera.
Volvió a su arte después del tiroteo y ese mismo año creó un retrato de Gage.
“Mi arte me salvó la vida”, dijo Ash. “Hay tantas otras cosas en las que podría haberme metido”.
Ash se enamoró del arte a una edad temprana. Su madre, Gina Walker, notó su interés por el dibujo cuando solo tenía 2 años y su familia se mudó de Anchorage, Alaska, a East St. Louis. Les tomó ocho días hacer el viaje, dijo Walker. El pequeño Mykael dibujaba mientras sus padres conducían.
“Ya estaba dibujando antes de poder hablar”, dijo Walker. “Cuando era niño, les dije que sería un artista de renombre mundial”.
Se mudaron de nuevo cuando él tenía 11 años. El distrito escolar en East St. Louis había recortado los fondos para arte, dijo Walker, por lo que la familia se traslado a la vecina Belleville, Illinois, donde Ash pudo aprender en escuelas que en ese momento tenían programas de arte más sólidos.
“Iba a una tienda de arte y tocaba el papel”, dijo Walker. “El papel tenía que tener una cierta textura y una cierta sensación”.
Su habilidad y su amor por el arte crecieron. Ash vendió su primera pintura cuando era estudiante de secundaria. Su maestro de arte, Dan Krause, compró la pintura por $60. Ash pasó a estudiar en el Instituto de Arte de St. Louis antes de que la universidad cerrara en 2019.
Hoy, Ash es artista residente en House of Miles East St. Louis, una organización sin fines de lucro ubicada dentro de la casa de la infancia de Miles Davis en la ciudad.
La leyenda del jazz es una fuente de inspiración para Ash, quien ha pintado al menos 250 retratos del músico. “Cada imagen tiene una sensación expresiva distinta”, dijo Lauren Parks, presidenta y cofundadora de House of Miles.
En 2019, como regalo de cumpleaños para su madre, Ash organizó una muestra especial de su arte en House of Miles sobre la fuerza de la comunidad negra. Cada pintura ilustraba el orgullo, dijo Walker.
Su obra también ahonda en el lado más oscuro de la historia de la ciudad.
A principios de este año, Ash terminó una serie de retratos sobre el disturbio racial de East St. Louis de 1917, utilizando los proyectiles de la violencia actual. La revuelta dejó a cerca de 200 residentes negros muertos después de que turbas de blancos aterrorizaran la ciudad durante tres días.
“Es un ciclo en el que estamos atrapados”, dijo Ash. “Nos quedamos con esa opresión”.
Ash también pinta el dolor del presente. Pintó un mural para honrar la vida de Cedric Gooden, un rapero local conocido como Cold Kase que fue baleado en 2019. El mural que pintó tiene la leyenda “STOP THE VIOLENCE”, un grito desesperado que resuena a lo largo de décadas.
El mural también dice “CIUDAD DE CAMPEONES”, el lema de la ciudad que produjo no solo a Miles Davis, sino también a las estrellas olímpicas de atletismo Dawn Harper Nelson, Jackie Joyner-Kersee y Al Joyner. Ash espera que la frase muestre que, incluso en medio de recursos limitados, aquellos que crecen en esta ciudad encuentran formas de ganar.
Ash se asoció con sus compañeros artistas Kas King y Edna Patterson-Petty para pintar un mural en el lateral de un teatro histórico. Su obra de arte ayudó a salvar el edificio de la demolición.
“Solo quiero mostrar el cambio que se está tratando que ocurra”, dijo Ash. “La gente está tratando de limpiar las calles, la gente está tratando de tener marchas pacíficas, para que podamos recuperar algo de justicia en la comunidad, hacer que fluya algo de dinero a la ciudad porque eso es más o menos lo que necesitamos”.
Mientras recolecta balas en zonas de la ciudad con edificios vacíos y casas abandonadas, e incluso en el camino a la tienda de comestibles cerca de la casa de su abuela, Ash sueña con una ciudad vibrante salpicada de color. Quiere convertir su Third Ventricle Studios en una galería de arte, con un espacio cooperativo, para que otros artistas puedan exhibir sus trabajos. Mientras tanto, está devolviendo la vida a los rincones de la ciudad y transformando sus balas en belleza.
“Veo un lienzo en blanco”, dijo Ash. “Veo un lugar con mucho potencial”.