Los opositores al aborto fueron lo que más se alegraron con la incorporación de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema. Y tuvieron motivos para celebrar.
Como profesora de derecho y jueza de un tribunal de circuito, Barrett dejó en claro que no es fanática del derecho al aborto. Probablemente votará no solo para mantener las restricciones sobre el procedimiento, sino también para anular el derecho nacional al aborto, vigente en virtud de los históricos fallos de la Corte Suprema en Roe vs. Wade y Planned Parenthood of Southeastern Pennsylvania vs. Casey.
Su primera oportunidad de opinar sobre esto podría ocurrir pronto. Una prohibición de Mississippi sobre el aborto después de las 15 semanas de embarazo, inadmisible según los precedentes judiciales existentes, está pendiente de revisión por parte de los jueces, quienes podrían decidir tan pronto como esta semana si tomarán el caso.
Este es el titular. Pero muchos pasan por alto otras cosas que podrían surgir de una nueva jurisprudencia sobre el aborto, como borrar el derecho al control de la natalidad que la corte reconoció en un caso de 1965, Griswold vs Connecticut. Durante sus audiencias de confirmación, Barrett se negó específicamente a decir si sentía que Griswold había sido una decisión correcta.
Esa fue una señal de alerta para Nancy Northup, presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, un grupo legal que defiende casos de aborto y anticoncepción. Northup dijo que Roe es parte de un siglo de jurisprudencia basada en la idea de que la Constitución protege la libertad de las personas. “Comenzó con casos sobre cómo se educa a los hijos e incluye el matrimonio entre personas del mismo sexo, la anticoncepción y el aborto”, dijo. “No puedes simplemente sacar a Roe y no destruir todo el entramado”.
Sin embargo, agregó Northup, por lo que Barrett ha dicho y escrito sobre la Constitución, “está claro que no cree estar protegiendo el derecho a la libertad individual”.
A los defensores del derecho al aborto les preocupa que la Corte pueda ir más allá de revocar a Roe y Casey. Si se anulan estos precedentes, las decisiones sobre el aborto volverían a los estados. Pero el tribunal podría ir un paso más allá y reconocer la “personalidad fetal”, la idea de que un feto es una persona con plenos derechos constitucionales desde el momento de la fecundación. Eso crearía un obstáculo constitucional para el aborto, entre otras cosas, lo que significa que incluso los estados más liberales no podrían permitir el procedimiento.
Las enmiendas sobre la personalidad estaban en la boleta electoral en varios estados hace aproximadamente una década. Fueron rechazadas por los votantes incluso en estados conservadores como Mississippi después de que oponentes argumentaran que reconocer la vida en la fertilización prohibiría no solo el aborto, sin excepciones, sino también procedimientos como la fertilización in vitro y muchas formas de anticoncepción. Incluidas algunas píldoras anticonceptivas, la “píldora del día después” y los dispositivos intrauterinos (DIU) que algunos piensan que podrían causar abortos muy tempranos al evitar que un óvulo fertilizado se implante en el útero. (La evidencia científica más reciente sugiere que casi todos esos métodos en realidad previenen la ovulación, no la implantación).
Pero una ley sobre el aborto aprobada en Georgia en 2019 no solo incluye una prohibición del aborto al momento en el que se puede detectar un latido del corazón, a menudo antes de que una mujer sepa que está embarazada, sino que también tiene una disposición sobre la condición de “persona fetal”. Georgia está apelando un fallo de un tribunal de distrito federal que anuló la ley como una violación de Roe.
Los defensores de estas disposiciones sobre la personalidad son cautelosamente optimistas. “Parece que habrá una corte más amigable para desafiar a Roe”, dijo Les Riley, presidente interino de Personhood Alliance, el grupo que impulsa el concepto. “Pero hasta cierto punto hemos recorrido este camino antes”.
Desde principios de la década de 1990, los tribunales que, se pensaba, estaban preparados para revocar a Roe no lo hicieron.
E incluso si el tribunal respetara una ley como la prohibición que Mississippi está considerando ahora, dijo, “todo lo que dice es que están de acuerdo en que los estados pueden regular o prohibir el aborto a las 15 semanas. Lo que queremos hacer es que la ley reconozca la realidad fáctica de que la vida comienza en la concepción”.
Mary Ziegler, profesora de derecho en la Universidad Estatal de Florida, quien ha escrito dos libros sobre la batalla del aborto, dijo que la Corte no tendría que reconocer la personalidad fetal para amenazar muchas formas de anticoncepción.
Los estados podrían prohibir de manera efectiva la anticoncepción argumentando que algunos anticonceptivos actúan como abortivos, explicó.
El tribunal ya ha abierto la puerta a este argumento. En el caso de Hobby Lobby de 2014, permitió que algunas empresas se negaran a ofrecer a sus empleados la cobertura de control de la natalidad que de otro modo exigiría la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA). Los dueños de las empresas que entablaron la demanda dijeron que creen que algunos anticonceptivos son una forma de aborto, y el tribunal dijo que el requisito violaba su libertad religiosa.
El tribunal utilizó un razonamiento similar en un caso de 2020 que eximía a la orden católica romana Little Sisters of the Poor (Hermanitas de los Pobres) incluso de tener que firmar un documento que las eximiría oficialmente del mandato de ACA sobre la anticoncepción.
Los grupos médicos y el gobierno federal no consideran ninguna forma de anticoncepción aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) como el equivalente a un aborto, porque la definición médica estándar del inicio del embarazo es cuando un óvulo fertilizado se implanta en el útero, no cuando el esperma y el óvulo se unen. Sin embargo, la Corte no siempre ha seguido a la ciencia en este tema.
Aún así, dijo Ziegler, “la personalidad siempre ha sido la meta final” para los enemigos del aborto, no simplemente anular a Roe, lo que permitiría a cada estado decidir si prohibir o no el aborto. “Permitir que los estados abandonen al aborto legal nunca fue la meta final”, dijo.
Sin embargo Riley, de Personhood Alliance, dijo que si bien desea que su posición gane eventualmente, no necesariamente espera que la victoria venga de la Corte Suprema.
“Creemos que durante años la estrategia ha sido equivocada”, expresó. “Ahora mismo, cinco jueces pueden revocar cualquier cosa. Ese no es el sistema de gobierno que nuestros fundadores tenían en mente”.
Por eso, dijo que su organización está trabajando más a nivel estatal y local “para sentar las bases para que se cambie el corazón de la gente”.